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a veces siento que mi oración es poderosa, otras no son nada mas que balbuceos y cosas que al final no le encuentro sentido, sucede de repente que siento que digo frases tan estructuradas y repetitivas que carecen del verdadero sentido que debe tener la oración. Un minuto, dos minutos a veces los cuento, otras no me doy ni cuenta como el tiempo voló, pero mi oración no es siempre igual, no es siempre constante, aunque se que soy deudora de Dios por todo los bienes recibidos de su mano de amor, a veces me encuentro siendo pésima hija ...